Antes de empezar con la dieta cetogénica, sufría de migrañas constantes y me sentía desequilibrada. Las dietas tradicionales solo me hacían sentir peor. Pero decidí probar la dieta cetogénica y esto resultó ser una de las mejores decisiones de mi vida.

Después de solo 30 días con la alimentación cetogénica, experimenté un rejuvenecimiento físico y mental. Las migrañas desaparecieron, mi energía aumentó y mi autoestima se elevó. Aprendí que cuidar nuestra salud no es restringirnos, sino elegir conscientemente lo que nos beneficia.

Ahora, mi misión es compartir que es posible tener una mente clara, un corazón contento y un cuerpo saludable sin dietas extremas y sin complicaciones. Por eso, he creado libros de cocina y cursos para compartir mi experiencia y ayudar a otros a encontrar este equilibrio.

Te invito a descubrir este equilibrio juntas.